Nuestra historia personal es nuestro gran tesoro y tenemos todo el derecho de vivirla a nuestra manera sin invadir la historia de nadie más o viceversa, para nadie es un secreto que solo recogemos del campo el fruto de las semillas que hemos sembrado y si queremos que los resultados de lo que hacemos sume un saldo positivo a favor, tenemos que ser responsables respecto a las consecuencias de cada decisión tomada. Cuando hablamos de la vida como experiencia cada quien tiene en sus manos el poder de elegir, se puede ser el que escribe su historia personal minuto a minuto o se puede soltar el lápiz que escribe el guion para ceder los derechos de autor y que otro sea quien determine las próximas escenas. Cuando somos lo que escribimos el guion, borramos, reescribimos, volvemos a leer, finalmente vemos algo que nos gusta y lo dejamos así ¿verdad? pasamos a la siguiente línea - jajajajaa- ¿se lee muy fácil no? Pero tú y yo sabemos por experiencia, que para nada lo es, en ese borrar y reescribir pasamos mucho tiempo, frustración, tristezas, duelos, alegrías, ilusiones y varios desengaños, por eso, en algunas ocasiones nos resulta más cómodo hacer responsables a otros de ese drama que vivimos. A veces llegamos a un punto en el que estamos tan desesperados o tan cansados que elegimos salir de la pantalla, renunciamos al papel protagónico y preferimos ser un fiel espectador atento al viernes a las 8 para ver que trama nos tiene preparada el bendito "Destino”. Esta decisión puede traernos algo de alivio en el momento porque huir siempre es una opción viable pero, con el paso del tiempo vivir de esta manera puede ser muy agotador, imagínate tener que pasar la vida esperando que los escenarios externos cambien para nosotros actuar en consecuencia, altos niveles de ansiedad, estrés o frustración pueden acabar con la salud mental, emocional o física de cualquiera y esto nombrando solo algunos de los efectos que se podrían manifestar como resultado de llevar este ritmo de vida.
Las personas que polarizan las situaciones como buenas o malas están inmersas en los dramas de la personalidad y en estas novelas particulares él ego se convierte en el gran protagonista, este se da el lujo de caracterizar al máximo cualquiera de sus roles estelares como salvador, víctima o victimario si la persona se lo permite claro está! porque si bien es cierto que no es posible cambiar algunos aspectos de la realidad, lo que sí está a nuestro alcance es el cómo reaccionamos frente a ella. La vida no se detiene, su dinámica comprende una continua toma de decisiones y cualquier decisión, está sujeta siempre, absolutamente siempre, a resultados riesgosos. Si hay algo que no podemos olvidar es que, en el principio, en el "antes de" la probabilidad de que suceda lo mejor o lo peor se encuentran bajo un mismo porcentaje de posibilidades, entonces, ¿por qué siempre tenemos que esperar lo peor? – ¡just think about it sweety!
Así como existe el ego, también existe un estado contrapuesto conocido como el "Ser" que lo ajustan al espíritu, al alma, a la consciencia o como prefieras llamarlo, el Ser permanece junto al amor, que es el sentimiento opuesto al miedo y ellos también, siempre están presentes, es decir, el ego, el miedo, el ser, la consciencia y el amor son parte de ti y de mí, de nuestra personalidad. Te lo voy a ejemplificar así para que lo visualices fácilmente, Todos ellos cohabitan y juegan apaciblemente monopolio en el living room del "Yo" mientras mantengamos el orden como los únicos dueños de la casa.

Coaching Gift: ¿Cómo
podemos Restarles poder a los miedos para tomar mejores decisiones?
Bueno aquí te regalo con mucho cariño este ejercicio. Te lo dejo en esta sesión de mi Podcast Proyecto Mi en youtube para poder explicártelo en detalles. Recuerda tener a la mano tu agenda para hacer anotaciones y comparar en futuras oportunidades tus grandes avances respecto a situaciones similares. Bye un abrazo.